Cajabamba
ciudad eterna,
mágica,
incandescente;
ciudad bella
de ríos desbordantes,
y lagunas encantadas
que con ojos maravillosos
observan el descenlace de sus hijos
con sus idas y venidas
por las calles del recuerdo,
y cumbres empinadas
como el latido de mi corazón
que no cabe de orgullo
al solo pronunciar tu nombre y
al recordar los años y tardes
que pase contigo,
mágico terruño
encanto de su gente,
de mujeres hermosas,
y galantes caballeros
que al son de la guitarra
el bombo y el tambor
murmullos y algarabía pura
de juventud arrolladora,
y nostálgico atardecer
de cultura y madurez
que adornan esas blancas cabelleras
que encaminados al ritmo de una marinera
un pañuelo y una flor
recordamos el amor
nostálgico de tardes de abril,
o una noche de octubre
o dia de lluvia encantada
que al ritmo de un carnaval
vuelves a vivir otra vez,
y con el corazón engalanado
te hace saber lo que es suyo,
y como no regresar
y volver a vivir otra vez
lo que fué
y lo que será
nuestra bella,
eterna
y siempre elegante!
ciudad de Cajabamba,
divinidad de mi alma
incandescente y pura.
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