celos...
benditos o malditos,
razonables o absurdos,
misteriosos...
probables e improbables,
que salen del corazón
imaginando lo inimaginable
de mi y de tí
de todo y nada;
de tu vida y la mía
celos...
cuna de algarabía
que bailan al son
de la razón y la sin razón
vapuleándote al son del viento
y de mil palabras demoledoras,
que con gusto y disgusto
se tornan diáfanas y cristalinas,
en el oscuro embrollo del corazón,
acongojado y apresurado soñador
por una dulce tentación
que te invita a volar;
y refugiándose en el dulce
e inexistible corazón
que con ceremoniosa
celebración...
vuelve a resurgir
queriendo morir
éste corazón.
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